Avanzando en la sustentabilidad en la acuicultura con

Un desafío importante y urgente al que se enfrenta la industria de la acuicultura es satisfacer la creciente demanda de alimentos, al mismo tiempo que se preservan los hábitats críticos y la biodiversidad​1​. En este contexto, las nanoburbujas han surgido como una tecnología prometedora que puede ayudar a transformar la industria, con varios beneficios que van desde mayores rendimientos de producción hasta una mejor calidad del agua y un menor impacto ambiental.

Para comprender el potencial de las nanoburbujas en la acuicultura, primero se debe comprender el papel del oxígeno en esta industria. El oxígeno disuelto es un factor crítico que limita la densidad de población y los rendimientos de producción en la acuicultura. Se han utilizado métodos de aireación tradicionales, como ruedas de paletas y piedras de aire, para infundir oxígeno en el agua. Sin embargo, estos métodos tienen limitaciones, incluida una baja eficiencia de transferencia de oxígeno de alrededor del 3 % por pie de agua, y una tendencia a que el oxígeno se concentre en las capas superiores del agua, dejando a las capas inferiores privadas de oxígeno.2

Las nanoburbujas representan una solución innovadora a este problema. Se trata de burbujas muy pequeñas, unas 2.500 veces más pequeñas que un grano de sal, que pueden permanecer suspendidas en la columna de agua durante meses, saturando con oxígeno los niveles de agua elegidos. Esto se logra mediante la difusión de oxígeno comprimido en agua de flujo rápido, que se esparce y disuelve aún más las burbujas. En particular, los generadores de nanoburbujas tienen una eficiencia de transferencia de oxígeno de hasta el 85 %, casi 30 veces la tasa de los aireadores tradicionales2.

El uso de nanoburbujas en acuicultura ofrece varias ventajas. Primero, las nanoburbujas pueden aumentar la densidad de población sin comprometer la calidad del agua. Los sistemas de aireación tradicionales suelen permitir el cultivo de hasta 40 kilos de pescados y mariscos por metro cúbico, pero con la tecnología de nanoburbujas, esto se puede aumentar a 80 kilos o más2. Además, un estudio publicado en Aquaculture and Fisheries en 2020 encontró que el uso de un generador de nanoburbujas en las granjas camaroneras duplicó la producción al tiempo que mejoró la supervivencia y las tasas de conversión alimenticia​2​.

En segundo lugar, las nanoburbujas pueden ayudar a controlar enfermedades o patógenos al evitar las zonas muertas con poco oxígeno saturado y eliminar los depósitos superficiales de biopelículas, lo que reduce los patógenos, específicamente hongos y bacterias. También hay evidencia que sugiere que las nanoburbujas pueden reducir las bacterias infecciosas en los camarones, lo que genera menos muertes y mejores rendimientos.

Por último, la tecnología de nanoburbujas tiene potencial para la biorremediación, un proceso que utiliza organismos naturales para descomponer sustancias peligrosas en sustancias menos tóxicas o no tóxicas. Un ejemplo de ello es un proyecto en Yokohama, Japón, donde se aplicó la tecnología de nanoburbujas a un lecho marino degradado. En seis meses, los peces, los camarones y las algas regresaron a un área que anteriormente había estado desprovista de la mayoría de las formas de vida2.

La tecnología de nanoburbujas, por lo tanto, ofrece un camino para que la industria de la acuicultura enfrente el doble desafío de aumentar la producción para satisfacer las demandas de una población mundial en crecimiento y al mismo tiempo mejorar la sostenibilidad. La industria, como parte del sistema alimentario más amplio, debe continuar innovando e implementando soluciones transformadoras para garantizar un futuro sostenible para las personas, la naturaleza y el clima.